Introspección
En el momento de comenzar la introspección personal el aula se sumió en silencio. Busco la postura corporal sobre la silla que me resulte más cómoda y doy comienzo a observar mi mente los próximos 10 minutos. Estoy acostumbrada a realizar ejercicios parecidos con mi mente
En el instante en el que cierro mis ojos, a su vez hago callar mi mente, intento dominar mis pensamientos y simplemente percibir los estímulos que consigo recibir. Este acto de intentar dominar mis pensamientos, lo realizo de manera automática al sumirme en un estado de concentración.
Se forman muchas imágenes en mi cabeza y percibo cada leve sonido de mi alrededor, los cuales crean a su vez imágenes imaginarias de su procedencia.
Lentamente tomo plena consciencia de mi misma, de la postura de mi cuerpo. Aquí me encuentro en calma y no me siento acribillada por pensamientos ni tan siquiera por estímulos.
Entonces es cuando comienzo a percibir sonidos exteriores al aula, del pasillo y ventana. Estos abocan en mi mente imágenes de posibles situaciones y es entonces cuando comienza mi salto de imágenes del pasado al presente, y de este al futuro más próximo.
Las imágenes comienzan a invadirme, primero están relacionadas con los sonidos que me llegan pero poco a poco comienzan a divagar a otras situaciones. Por ejemplo, me viene el recuerdo fotográfico de algún momento similar, o la representación mental de lo que tengo que hacer esa tarde al salir de clase.
Estos recuerdos, a parte de ser imágenes, también me traen sonidos y sensaciones que solo existen dentro de mi mente.
Algún pensamiento sin sentido acaba infiltrándose entre imagen e imagen, pero por pura inercia lo reprimo y a su vez tomo consciencia de que debo dejarlos fluir ya que el ejercicio consiste en dejar rienda suelta a nuestra mente.
Finalmente acabo dialogando conmigo misma, cuestionándome y respondiéndome a su vez. Llevo rato sin tener constancia de los estímulos de mi alrededor, ninguno me sobresalta ni me saca de dentro de mi misma.
Al cabo, supongo que de algunos pocos minutos, un sonido, concretamente un estornudo (muy ruidoso), me arranca violentamente del trance, devolviéndome a la realidad. Fue brusco y desagradable, un simple sonido más elevado de lo debido y totalmente momentáneo.
En el instante en el cual me disponía a sumergirme otra vez dentro de mi propia mente y comenzaba a cerrar los ojos otra vez, el profesor nos informo a todos de que el tiempo se había agotado. Razón por la cual aquí acaba mi ejercicio de introspección.
Reflexión sobre la Introspección
Dejar a nuestra mente divagar es algo que todos realizamos a menudo, es decir, cuando a uno le dicen que esta en la Luna , justamente lo que ha pasado es que se ha dejado llevar por la mente si tan siquiera darse cuenta. Lo que marca una diferencia con la introspección, es que en el momento de realizar una introspección uno tiene que dejar su mente divagar libremente y a su vez observar hacia donde le llevan estos pensamientos.
Personalmente no es algo que me haya resultado fácil, en el sentido de dejar divagar mi mente libremente. Tengo la tendencia a inhibir y controlar gran parte de mis pensamientos. En cambio observar lo que mi mente va creando a partir de sonidos exteriores y las imágenes que a consecuencia se crean es algo a lo que estoy más familiarizada. Por esta razón en los 10 minutos que duro la introspección en clase, apenas en los últimos minutos tuve algún pensamiento que cambio la dirección de todo focalizándose en esta conversación interior.
Realmente me ha sorprendido la cantidad de imágenes que puede llegar a generar mi cabeza en un lapso de tiempo tan corto y como muchas de ellas apenas tenía tiempo de registrarlas.
Los saltos al pasado y a posibles situaciones futuras, todo ello me da una idea de que realmente nuestra mente no distingue entre los que sería una imagen pasada como una ficticia, ya que con la misma facilidad retrocedía al pasado como volvía al presente y proyectaba el futuro.
Así pues aun nos queda mucho que aprender sobre cómo funciona nuestra mente y la complejidad que tiene. Esto no ha sido más que una experiencia personal en la que hemos podido observar nuestra propia mente y al observarla darnos cuenta de la complejidad que en ella existe.
Com a punt de partida, la reflexió que fas, Ania, és correcta. En la línia del que demano.
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